lunes, 17 de octubre de 2011

¿Soñar o vivir?


Levantarse de la cama, y más si es lunes no es algo fácil para nadie. Dejar de lado el maravilloso mundo de los sueños por el estruendoso sonido del despertador, no es la forma más deseada de volver a la realidad, tal vez porque en el fondo, deseamos seguir inmersos en nuestro mundo “perfecto”.

En mi caso por si fuera poco con una alarma tengo dos; la mía y la de mi compañero de piso, eso cuando el vecino del ático no tiene que madrugar, ya que de ser así  mi vuelta a la realidad se convierte en un concierto improvisado de despertadores nada agradable. Son las siete, en ese momento me encantaría poder apagarlos todos y darme media vuelta, pero es entonces cuando termino dando un salto de la cama al recodar que tengo el primer turno en el baño y he de darme prisa si no quiero perderlo. Es lo que pasa cuando tienes que compartirlo con cuatro personas más… Es lo que tiene vivir en un piso de estudiantes.
Total que cada día cuando mi amigo el escandaloso suena tengo la sensación de estar escuchando la señal de salida para la primera carrera del día, esa que me sitúa bajo la ducha con la que cada mañana me peleo para regular la temperatura y todo esto cuando las calles aun no han visto la luz del sol. Salgo corriendo del baño, entre otras porque mi compañero ya esta “picando” a la puerta… Sí, es valenciano, algo que puedo comprobar nada más levantarse por sus canticos típicos de la “terreta” ¿quién quiere escuchar a Lady gaga de buena mañana teniendo a un aspirante a Francisco en casa?

Son las siete y cuarto y ya llego tarde a coger el metro, comienza mi segunda carrera; desayunar deprisa y corriendo mientras me termino de vestir, algo que puede parecer fácil, pero nada más lejos de la realidad ¿habéis probado alguna vez a abrocharos los cordones mientras te bebes el café? La ley de la gravedad esta por algo y lo de beber boca abajo no siempre es algo sencillo.
El reloj marca la media mientras termino de meter a toda velocidad lo necesario en el bolso para la mañana, y todo esto sin hacer ruido ¡¡como si fuera tan fácil!! Sobre todo cuando sales al rellano e intentas mantener la puerta del ascensor abierta para que no te lo roben mientras cierras “cuidadosamente” la puerta de casa para no despertar a tu otra compañera de piso… Ya sé que los ascensores no se pueden robar tan fácilmente, al menos no creo que a nadie le quepa uno en el bolsillo, pero cuando estas en plena carrera por llegar al metro a tiempo se convierte en tu única obsesión.

Ya en la calle de camino a la parada saco la mejor arma para intentar volver a conectar con mi particular mundo perfecto; mi MP3, es lo que tiene ser estudiante que el sueldo no llega para un i Pod, y así practicar el deporte oficial de  los medios de transporte… El soñar despiertos. Unos eligen la música, otros los libros… bueno o los i Pad ya que con las nuevas tecnologías el papel es de los pocos que puede quedarse durmiendo un lunes por la mañana, pero todos al fin y al cabo buscan una vía de escape a la rutina diaria.

Algunos aprovechan para planificar una escapada a algún país al que anhelan viajar desde hace años, otros sueñan con conseguir el trabajo de su vida; tal vez son actores, músicos, profesores o vete tú a saber, que se dirigen a un trabajo que nada tiene que ver con el que recrean cada mañana en el trayecto de metro. 
En mi caso intento buscar la salida a esos anhelos y la forma de hacerlos realidad. Esto solo puede parecer un sueño en sí, pero ¿quién dijo que  no se pueden  cumplir?
A veces tengo la sensación de vivir en una sociedad que prefiere soñar a hacer realidad sus sueños, tal vez por eso todos hacemos el intento de apagar nuestros despertadores cada día y darnos media vuelta. Hablando de despertadores el altavoz del metro anuncia mi parada…¡¡Buenos días!!

Bianca Ruano

No hay comentarios:

Publicar un comentario