viernes, 14 de enero de 2011

Armas en el cajón de la cocina

20 de abril de 1999, Eric Harris y Dilan Klebold, dos estudiantes del instituto Columbine de Littletown (Denver), entran en el centro armados con todo tipo de armas y disparan indiscriminadamente contra sus compañeros y profesores. Trece personas mueren en el asalto y otras muchas resultan heridas.

17 de abril de 2007, otro estudiante, Cho Seung-Hui, de origen surcoreano irrumpe en la universidad de Virginia Tech y mata sin  compasión a 33 personas y hiere a otras 29. 

Inmediatamente después de los dos incidentes, el pueblo y gobierno norteamericanos se apresuraron en mostrar su consternación. Las víctimas buscaban explicaciones y muchas organizaciones creyeron saber la causa, el factor fundamental que llevó a los jóvenes a cometer estos vandalismos.  Todos señalaban a la rabia, la tradición e historia violentas de EE.UU, y sobretodo a la televisión, música y los videojuegos como los principales causantes de los desequilibrios adolescentes. "Los jóvenes están descontrolados", "ven y oyen cosas que los hacen violentos y los convierten en asesinos". 

Pero seamos sinceros, ¿son los adolescentes americanos la "reencarnación del mismísimo diablo"?, ¿son la televisión o los videojuegos los causantes de las 11.127 muertes al año por armas de fuego en EE.UU?. Yo no lo creo.

Hace apenas tres días un muchacho de 22 años llamado Jared Loughner arremetió contra la congresista Gabrielle Giffords y otras veinte personas, en lo que ya se empieza a conocer como la matanza de Tucson. Jared había lanzado en varias ocasiones amenazas de muerte contra otras personas, había sido expulsado de su instituto por conductas extrañas y era conocido por sus llamamientos a favor de la violencia en Youtube.  Pero a pesar de todo esto Jared poseía una Glock semiautomática que había comprado de forma legal en un negocio de la zona, precisamente igual que los jóvenes asesinos de Columbine y Virginia. 

EE.UU cuenta con una de las legislaciones más permisivas en cuanto a la tenencia de armas entre la población civil. La segunda enmienda de la constitución recoje el derecho de todo ciudadano a poseerlas y, para adquirir una, basta ser mayor de 18 años. En algunos estados como Michigan el arma está considerada un instrumento básico de protección, que asegura la libertad de los ciudadanos y los protege de cualquier mal. En estos estados las organizaciones en pro de las armas dominan el panorama de la opinión pública y se encargan de difundir la idea de que estar armado es una resonsabilidad de todo americano, "si no vas armado ¿quien defenderá a tus hijos?".

El resultado es una sociedad donde los niños crecen con un arma en el cajón de la cocina, y donde tienen la certeza que comprar una semiautomática no les costará mucho más que comprar un Chupachup. La banalización de los elementos de violencia solo puede llevar a la banalización de la violencia en si, y ese es el germen principal de las matanzas. 

Si observamos las estadísticas en EEUU mueren al año 10.000 personas más por impactos de bala que en Inglaterra, Francia, Alemania, Canadá y Japón juntos. Los responsables de estas cifras no pueden ser la música, el cine y la televisión americanas, ya que no difieren mucho de las del resto de naciones; tampoco la historia estadounidense es más sangrienta que por ejemplo la alemana. La razón es simplemente la probabilidad: la probabilidad de que en un país en el que por cada 100 habitantes hay 90 armas y donde cualquiera puede deambular por la calle con un revólver en el bolsillo, cualquier pequeña reyerta pueda acabar en tragedia. 

Es cierto que debería ser legítimo poder defenderse si alguien te ataca en tu propia casa, pero el caso estadounidense llega demasiado lejos. Vender un AK-47, un arma de guerra, para protejer un hogar y no requerir ningún tipo de licencia o test psicológico, es como dar dinamita a un niño. 

La situación estadounidense pide a gritos una legislación más firme y un control más exaustivo de las armas. Aquellos que se acogen a la segunda enmienda deberían recordar que se redactó hace 223 años, y que para bien o para mal la situación ha cambiado. 

Pero caminar hacia un país menos armado o más controlado es difícil cuando el negocio armamentístico nacional mueve más de 2.000 millones de dólares al año. Con estas cifras de beneficio poco importan al gobierno y los peces gordos del lobby armamentístico unas cuantas víctimas, son solamente un "pequeño" precio para lograr sus objetivos.

                                                                                            Mariola Terol Sánchez

3 comentarios:

  1. Un articulo brillante que nos hace pensar a cuanto un problema, también si no es cerca, es un problema profundo, un problema que empieza desde el cajón de la cocina hasta la mano de una persona cualquiera.

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  2. He de emitir mi humilde opinión pero creo que en este articulo se tiene una visión sesgada de la verdadera realidad norteamericana. No cabe duda que la existencia de armas de fuego entre la población civil puede generar un mayor número de muertes, pero no debemos olvidar que cuando dices: "Si observamos las estadísticas en EEUU mueren al año 10.000 personas más por impactos de bala que en Inglaterra, Francia, Alemania, Canadá y Japón juntos" Estados Unidos tiene 300.000.000 de personas, con grandes bolsas de pobreza fruto de un capitalismo feroz, las fuerzas policiales no tienen ni los medios ni la misma cobertura que en la civilizada Europa, los barrios ricos tienen gran cobertura y seguridad privada, si a eso añadimos que la mayor parte de las personas viven en casas donde de un salto pueden entrar, ante ese panorama como pretendemos que la población civil se defienda del criminal, ¿Con piedras y palos? El criminal tanto en EEUU como aquí en España puede conseguir armas con suma facilidad en el mercado negro, baste decir que en España existen aproximadamente 350.000 armas ilegales, la mayoría en manos de delincuentes, he de puntualizar también que los requisitos para conseguir un arma de fuego en EEUU y en España son muy similares, lo único que en España el supuesto de defensa personal no existe, en EEUU toda arma legal ha de estar registrada y tener su correspondiente licencia, al igual que en España, y las autoridades regulan los casos en los que se ha de poder utilizar, en el caso de España, para actividades deportivas y cinegéticas, en profesiones de peligro (guardias de seguridad, joyeros etc.), La Federación de Caza es la 3º federación con más licencias con casi 400.000 licencias además de las 64.000 de tiro olímpico. Si ahora mismo en España reducimos la fuerza policial, aumentamos la criminalidad al nivel de EEUU ¿Que pasaría si ya no nos sintiésemos tan seguros? Es fácil ver la paja en el ojo ajeno, pero para hablar de otras realidades deberíamos vivirlas y luego opinar, no solo desde el confort y la distancia.

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  3. Entiendo tu posición, pero comprenderás que no se puede infravalorar el peligro de un rifle, o una pistola cualquiera. Ignoro si has tenido contacto con este tipo de armas, pero cualquiera que posea o haya usado una sabe el peligro que conlleva. Un rifle cualquiera puede traspasar muros como la mantequilla..¿no es un poco excesivo poder adquirir uno de estos para proteger un hogar?

    Además, creo que estas mezclando cosas. Yo no critico el hecho de que en una realidad conflictiva como la estadunidense uno pueda defenderse en su propio hogar, faltaría más! Critico el hecho de que se puedan adquirir y transportar LEGALMENTE con demasiada facilidad (el mercado negro es otra historia, hablo de lo que deberia ser legal o no serlo), y si miras la legislación estadounidense verás considerables diferencias, que ,incluso teniendo en cuenta realidades, contextos y tradiciones distintas, a mi modo de ver son excesivas.



    A pesar de todo acepto tu crítica, la tendré en cuenta para articulos futuros. :)

    Mariola Terol

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