Algunos no se dan cuenta del
calzado, ni mucho menos de su importancia y del motivo que se esconde tras su
elección. El calzado nos protege de las heridas; nos aísla del frio y de la
humedad; evita que nos “ensuciemos los pies” en nuestro recorrido por la vida…
Son como nuestro escudo al andar por ella, pero, ¿qué pasaría si nos
atreviéramos a andar sin él?
Algunos ni se lo plantearían: “¿Ir descalzos por la vida? ¡¡¡Pero qué
locura es esa…!!!” Y es que estamos acostumbrados a caminar con nuestras “protecciones”,
aunque no seamos capaces de reconócelas como tal, ¿o acaso tu eres una de esas
personas que creen andar sin barreras por la vida? Que no queramos ver algo, o
darle la importancia que tiene no significa que no exista, de no ser asi, ¿por
qué llevamos todos los “zapatos” puestos? En mi caso, yo solo me atrevo a quitármelos
al llegar a casa, de hecho, es lo primero que hago al entrar… Para mi es una
liberación, una forma de tomar contacto y de sentir. Sentir el frio del suelo,
las texturas de las alfombras y de todo lo que piso… Incluso no temo ensuciarme,
a fin y al cabo, es mi casa, mi espacio, un entorno seguro. Fuera, en la calle,
ni me lo planteo, aunque nunca reconozca mi dificultad a la hora de elegir mi
calzado.
Hay zapatos que nos vienen
grandes, en los que nos perdemos; pequeños, que nos asfixian hasta herirnos; y
otros con los que, con tal de aparentar normalidad, y a pesar de su
incomodidad, somos capaces de poner la mejor de nuestras sonrisas en vez de
gritar de dolor. Algunas personas eligen su calzado por comodidad, otros por
miedo a las alturas, otros por aparentar una vida que no llevan. Hay miles de
zapatos y hormas para cada tipo de
personas y vidas. Cambiamos de calzado según la ocasión lo requiera, y siempre
buscamos el más adecuado según lo que se espere de nosotros en cada momento. Pero
si somos nosotros quien los elegimos, ¿por qué en ocasiones nunca terminamos de
encontrarnos cómodos en nuestros propios zapatos?
En mi caso, por más zapatos que
me pruebe o elija, por mucho que me gusten y busque la mejor calidad, nunca
termino de sentirme cómoda con ninguno; o me siento inestable, incomoda,
insegura, o directamente no sé como encajarlos con mi vestuario… Para mí los
zapatos tienen importancia, simbolizan nuestra manera de pisar por la vida,
nuestros miedos, nuestras incomodidades y limites: Esas barreras que nos
ponemos en la vida, muchas veces de manera automática, para alejarnos de
aquello que sentimos una amenaza. Puede parecer extraño, pero ¿por qué si no te
calzas un tacón de 10 cm para acudir a una entrevista de trabajo; o unas botas
de agua para aislarte de la lluvia; o unas deportivas para hacer deporte? Lo
queramos o no, todos tenemos nuestro mecanismo de defensa en la vida, solo que
en algunos esta tan instaurado que no llegamos ni a darle importancia,
olvidándonos que existe. Pero si está ahí es por algo. ¿De qué te quieres
proteger, por qué no te sientes cómodo? Y lo que es más importante: ¿Qué
pasaría si dejaras a un lado esas barreras y te atrevieras a vivir
“descalzo”?
¿Qué pasaría si te parases a
reflexionar en la importancia del calzado?
Dedicado a todos aquellos que están buscando esa "horma" en la que sentirse cómodos con ellos mismos.
Bianca Ruano
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